Un color florecido besa estrellas sobre los techos grises un viento nos seca el alma luces encendidas en el recuerdo de un sueño todo lo atrae la triste memoria
Miriam le envía una caja azul se mueve un tiempo de humedad sus manos solitarias juegan contra el muro piensa risueños espejos entre sus brazos y comprende el mar azul sin espinas
Cerca de mi esperanza abunda el invierno pintado de largas noches de caricias secretas la pintura de tu nombre sangriento a lo lejos en mi memoria sueña tristemente como en aquellos tiempos como el olvido
Pez insólito de la bahía nacido con espinas con nostalgia sin palabras puede volar sobre el viento sobre marfiles vacíos sólo hasta el orgullo sólo hasta el silencio transfigura tinieblas en un río de luz