sábado, noviembre 24, 2007
domingo, julio 15, 2007
perdida (soledad cardozo)
escaleras sin fin
en la distancia
se pierden conmigo
y nadie sabe
abren de par en par
las ventanas
me conducen
a una cárcel de espejos
aunque nada me diga
el que arroja cada noche
esta herida en mi corazón
¿por dónde salgo?
muros que llevan
hasta el fondo del estanque
Soledad Cardozo
la imagen pertenece a Angria
Las hadas (Romina Galeano)
Me anuncian una vez más
mi prometido
por las mareas del pasado.
Sin embargo está
fundiéndose
en otro tiempo.
Yo me acerco
a través de viejas lágrimas guardadas,
un fulgor como nieve dorada
me encuentra
y me detiene.
Romina Galeano
la imagen pertenece a Nenúfar Blanco
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torneos juveniles bonaerenses 2007
sábado, julio 14, 2007
El lugar de la puerta (Franco Villalba)
Llévame
hasta un lugar
del sueño
en la noche.
La costumbre
ahora
es ella.
tras la única puerta
alucinada
como un ángel.
Franco Villalba
la imagen pertenece a Aurora3
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torneos juveniles bonaerenses 2007
espera invernal (Daniela Flores)
pasan
inviernos fríos
otoños tristes
tu rostro reflejado
en gotas del cielo
palabras insistentes
enredadas
en este invierno
sin regreso
tu mirada trasluce
la confusión
de tus palabras
besos olvidados
bajo noches sin luna
voces perdidas
sobre flores heladas
pasan
inviernos fríos
otoños tristes
tu rostro reflejado
en gotas del cielo
Daniela Flores
la foto pertenece a marisa negri
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El sueño de la noche (Laura Galeano)
la luna
entre
grandes cielos
de tormenta
igual a mi destino
como un haz
de oscuridad
ahogado
en la noche
la luna
y yo
ahogadas
en la noche
Laura Galeano
la imagen pertenece a oscillantep
jueves, julio 12, 2007
La sombra (Nicolás Mora)
Yo soy la sombra de un pájaro.
Recorrí todo el país,
alumbré en las frías noches
y en las mañanas grises de otoño.
Conozco un bosque de olivos
Y el aroma de los campos de lavanda.
Mi sueño: la libertad infinita
no la tuve nunca
en mi vida solitaria.
Yo soy la sombra de un pájaro.
Alumbré en las frías noches
y en las mañanas grises de otoño.
Recorrí todo el país
en mi vida solitaria.
Nicolás Mora
Recorrí todo el país,
alumbré en las frías noches
y en las mañanas grises de otoño.
Conozco un bosque de olivos
Y el aroma de los campos de lavanda.
Mi sueño: la libertad infinita
no la tuve nunca
en mi vida solitaria.
Yo soy la sombra de un pájaro.
Alumbré en las frías noches
y en las mañanas grises de otoño.
Recorrí todo el país
en mi vida solitaria.
Nicolás Mora
La vampiresa del castillo Horsway (Miriam Apaza)
Estábamos hablando con mi madre cuando fuimos interrumpidos por un grito familiar que nos heló la sangre. Corrimos hacia el cuarto de mi prima Josephine. Sólo vimos manchas oscuras con formas de manos por las ventanas y hasta en la cerradura de la puerta.
Observé por el ventanal una sombra espantosa y escalofriante. Junté todas mis fuerzas y bajé por las escaleras hasta el exterior del castillo.
Aún no amanecía. Sobre el césped una fina capa de escarcha daba al paisaje un matiz desolado. El contacto con el aire helado me hizo estremecer. Dibujándose a través de la niebla la vi por primera vez.
Tenía un aspecto aterrador y parecía provenir del mismo infierno.
Las piernas no me respondían, quise gritar y sólo un suave quejido pudo emitir mi garganta.
La vampiresa me observó desafiante y cruel. En pocos minutos pude notar en su rostro rasgos que no pertenecían a ningún ser de este mundo.
Unos dientes blancos muy agudos contrastaban con sus labios violáceos y su tez de una palidez extraordinaria.
Se diluyó entre las sombras de los altos robles sin darme tiempo a reaccionar.
Giré sobre mis pasos para retornar a la alcoba, desde el pórtico del castillo John y mi madre petrificados como estatuas de mármol tardaron en recuperar el sentido.
Luego, silenciosos, volvimos a la sala principal.
Cuando pude estar a solas con mi esposo, me dijo:
- Querida Rose, temo decirte que estas apariciones no me son ajenas. Hace mucho tiempo escuché una vieja leyenda sobre los habitantes de este castillo; no sé cuánto tendrá de cierta y temo que escucharla afecte tu salud.
- Cuéntame esa historia por favor, tengo el oscuro presentimiento de que está vinculada con la desaparición de nuestra querida Josephine.
- Bueno, pero cálmate por favor. Como sabes en este solar habitaron desde 1618 los Horsway, mis ancestros. La condesa Horsway desapareció una madrugada como ésta hace casi setenta años. Era la hermanastra menor de mi madre. No hubo rastros de ella hasta que…
- ¿Qué?, ¡por el amor de Dios!
- Fue encontrada junto con un hombre maligno o como le dicen los pueblerinos, un vampiro. Ella llevaba un bebé en sus brazos.
- ¿Un bebé? ¿y qué sucedió?
Me aterrorizaba aquello, aspiré unas gotas de perfume en mi pañuelo casi a punto de desvanecerme. Angustiada rogué a John que continuara la historia.
- No se sabe bien que sucedió después. Ya sabes lo que sucede entre la plebe, cuando una historia comienza a rodar toda clase de fantasías la van cercando hasta que es casi imposible distinguir la invención de la realidad. He escuchado varias versiones de este suceso. Muchos piensan que la condesa se convirtió en uno más de aquella abominable raza. Algunos dicen que el hombre fue muerto con una estaca clavada en el corazón, otros sospechan que ambos son inmortales y siguen entre nosotros.
Las manos de John firmes y cálidas, entrelazadas con las mías me infundían valor. Buscaríamos juntos a Josephine pero antes dejaríamos a mi madre a los buenos cuidados de la Señora Groove, nuestra antigua criada que vivía en una casona no muy distante.
….
Visitamos la mañana siguiente al Dr. Arthur Lawrence, especialista en estos temas y amigo personal de la familia. El nos instruyó acerca de estas criaturas, su aversión a la claridad del día, el uso adecuado de estacas y crucifijos, como así también de unas hierbas secretas que podían neutralizar su mordedura.
Una vez más John insistió en que permaneciera con mi madre y la señora Groove pero yo no tenía miedo. Estaba dispuesta a llegar hasta el fondo de este asunto y acompañar a mi querido esposo.
Para comenzar nuestra investigación fuimos al último lugar en el que había estado mi prima. Unas huellas apenas perceptibles nos llevaron hacia una puerta sin llave en el ala derecha del castillo, ahora en desuso y destinada a huéspedes ocasionales. El aire estaba enrarecido y las cortinas filtraban la luz del pálido sol dejando la habitación en penumbras.
-¡No se atrevan a acercarse! – dijo una voz espeluznante.
Reconocí dos siluetas en la oscuridad, la horrible aparición que ya había visto y la desdichada figura de mi amada prima.
-Sólo deseamos que liberes a Josephine, luego te dejaremos en paz.- dijo John con voz firme.
-Josephine es mi hija, no volveré a perderla. Cuando la luna llegue a su cenit, ella será como yo.
Saqué entonces mi crucifijo de plata y la vampiresa desapareció con un aullido.
Corrimos hacia mi prima. Estaba fría y respiraba con dificultad. Sus ojos abiertos e inexpresivos miraban un punto fijo y no parecía tener voluntad sobre sus actos.
La llevamos a su cuarto y luego de rodear su cama con flores de ajo, comenzó a relajarse hasta que se durmió profundamente.
Ahora todo era cuestión de tiempo. Ambos sabíamos que sólo matando a la condesa libraríamos a Josephine del maleficio.
-Rose, tu madre debe saber algo de todo esto. Iré a verla y le pediré que me diga todo lo que sabe. Llamaré a Arthur para que te ayude a cuidar de tu prima.
….
Mientras la Señora Groove preparaba unas tazas de té, John conversó con la madre de Rose, quien durante toda su vida había guardado un terrible secreto.
- Hallé a Josephine apenas nacida en el sótano del castillo, una serie de acontecimientos funestos acontecían por aquellos días y resolvimos proteger esta pequeña vida sin dar más detalles de su procedencia.
Tiempo después se me apareció la condesa y accedió a que yo la cuidara, pero sabía que en algún momento regresaría por ella. Josephine ha sido una criatura normal y encantadora hasta ahora, pero su madre, la vampiresa, se oculta dentro de su ataúd en el sótano del castillo y no descansará hasta quitarnos a nuestra niña.
Luego rompió en un amargo llanto y hubo que llevarla a recostarse en la habitación de al lado.
….
Cuando John me puso al tanto de lo sucedido supe que ya teníamos una pista cierta para cumplir nuestra misión. El Dr. Arthur nos acompañaba.
Descendimos las dos escaleras que daban al sótano. Los hombres removieron la tapa del ataúd. John tomó la estaca con la mano izquierda y un martillo con la mano derecha, apuntó al corazón de la vampiresa y golpeó con todas sus fuerzas.
Pude ver la depresión en la carne blanca.
La mujer que se encontraba en el féretro se retorció y un grito espeluznante salió de sus labios. El cuerpo se sacudió, se estremeció y se agitó con movimientos salvajes. Los agudos dientes blancos se cerraron y la boca se llenó de espuma.
Los movimientos fueron cesando. Finalmente el cadáver permaneció inmóvil.
La terrible obra había concluido.
….
Nosotros mirábamos con las manos temblorosas. El Dr. Lawrence le cortó la cabeza y cubrió la boca con ajo. Luego cerraron el féretro.
Nos abrazamos aliviados. Al girar hacia la salida, Josephine me miraba con una extraña sonrisa desde la escalera, avancé hacia ella.
La abracé y le dije: -Todo pasó, querida, todo pasó.
Miriam Apaza
la imagen pertenece a gatinho84
Observé por el ventanal una sombra espantosa y escalofriante. Junté todas mis fuerzas y bajé por las escaleras hasta el exterior del castillo.
Aún no amanecía. Sobre el césped una fina capa de escarcha daba al paisaje un matiz desolado. El contacto con el aire helado me hizo estremecer. Dibujándose a través de la niebla la vi por primera vez.
Tenía un aspecto aterrador y parecía provenir del mismo infierno.
Las piernas no me respondían, quise gritar y sólo un suave quejido pudo emitir mi garganta.
La vampiresa me observó desafiante y cruel. En pocos minutos pude notar en su rostro rasgos que no pertenecían a ningún ser de este mundo.
Unos dientes blancos muy agudos contrastaban con sus labios violáceos y su tez de una palidez extraordinaria.
Se diluyó entre las sombras de los altos robles sin darme tiempo a reaccionar.
Giré sobre mis pasos para retornar a la alcoba, desde el pórtico del castillo John y mi madre petrificados como estatuas de mármol tardaron en recuperar el sentido.
Luego, silenciosos, volvimos a la sala principal.
Cuando pude estar a solas con mi esposo, me dijo:
- Querida Rose, temo decirte que estas apariciones no me son ajenas. Hace mucho tiempo escuché una vieja leyenda sobre los habitantes de este castillo; no sé cuánto tendrá de cierta y temo que escucharla afecte tu salud.
- Cuéntame esa historia por favor, tengo el oscuro presentimiento de que está vinculada con la desaparición de nuestra querida Josephine.
- Bueno, pero cálmate por favor. Como sabes en este solar habitaron desde 1618 los Horsway, mis ancestros. La condesa Horsway desapareció una madrugada como ésta hace casi setenta años. Era la hermanastra menor de mi madre. No hubo rastros de ella hasta que…
- ¿Qué?, ¡por el amor de Dios!
- Fue encontrada junto con un hombre maligno o como le dicen los pueblerinos, un vampiro. Ella llevaba un bebé en sus brazos.
- ¿Un bebé? ¿y qué sucedió?
Me aterrorizaba aquello, aspiré unas gotas de perfume en mi pañuelo casi a punto de desvanecerme. Angustiada rogué a John que continuara la historia.
- No se sabe bien que sucedió después. Ya sabes lo que sucede entre la plebe, cuando una historia comienza a rodar toda clase de fantasías la van cercando hasta que es casi imposible distinguir la invención de la realidad. He escuchado varias versiones de este suceso. Muchos piensan que la condesa se convirtió en uno más de aquella abominable raza. Algunos dicen que el hombre fue muerto con una estaca clavada en el corazón, otros sospechan que ambos son inmortales y siguen entre nosotros.
Las manos de John firmes y cálidas, entrelazadas con las mías me infundían valor. Buscaríamos juntos a Josephine pero antes dejaríamos a mi madre a los buenos cuidados de la Señora Groove, nuestra antigua criada que vivía en una casona no muy distante.
….
Visitamos la mañana siguiente al Dr. Arthur Lawrence, especialista en estos temas y amigo personal de la familia. El nos instruyó acerca de estas criaturas, su aversión a la claridad del día, el uso adecuado de estacas y crucifijos, como así también de unas hierbas secretas que podían neutralizar su mordedura.
Una vez más John insistió en que permaneciera con mi madre y la señora Groove pero yo no tenía miedo. Estaba dispuesta a llegar hasta el fondo de este asunto y acompañar a mi querido esposo.
Para comenzar nuestra investigación fuimos al último lugar en el que había estado mi prima. Unas huellas apenas perceptibles nos llevaron hacia una puerta sin llave en el ala derecha del castillo, ahora en desuso y destinada a huéspedes ocasionales. El aire estaba enrarecido y las cortinas filtraban la luz del pálido sol dejando la habitación en penumbras.
-¡No se atrevan a acercarse! – dijo una voz espeluznante.
Reconocí dos siluetas en la oscuridad, la horrible aparición que ya había visto y la desdichada figura de mi amada prima.
-Sólo deseamos que liberes a Josephine, luego te dejaremos en paz.- dijo John con voz firme.
-Josephine es mi hija, no volveré a perderla. Cuando la luna llegue a su cenit, ella será como yo.
Saqué entonces mi crucifijo de plata y la vampiresa desapareció con un aullido.
Corrimos hacia mi prima. Estaba fría y respiraba con dificultad. Sus ojos abiertos e inexpresivos miraban un punto fijo y no parecía tener voluntad sobre sus actos.
La llevamos a su cuarto y luego de rodear su cama con flores de ajo, comenzó a relajarse hasta que se durmió profundamente.
Ahora todo era cuestión de tiempo. Ambos sabíamos que sólo matando a la condesa libraríamos a Josephine del maleficio.
-Rose, tu madre debe saber algo de todo esto. Iré a verla y le pediré que me diga todo lo que sabe. Llamaré a Arthur para que te ayude a cuidar de tu prima.
….
Mientras la Señora Groove preparaba unas tazas de té, John conversó con la madre de Rose, quien durante toda su vida había guardado un terrible secreto.
- Hallé a Josephine apenas nacida en el sótano del castillo, una serie de acontecimientos funestos acontecían por aquellos días y resolvimos proteger esta pequeña vida sin dar más detalles de su procedencia.
Tiempo después se me apareció la condesa y accedió a que yo la cuidara, pero sabía que en algún momento regresaría por ella. Josephine ha sido una criatura normal y encantadora hasta ahora, pero su madre, la vampiresa, se oculta dentro de su ataúd en el sótano del castillo y no descansará hasta quitarnos a nuestra niña.
Luego rompió en un amargo llanto y hubo que llevarla a recostarse en la habitación de al lado.
….
Cuando John me puso al tanto de lo sucedido supe que ya teníamos una pista cierta para cumplir nuestra misión. El Dr. Arthur nos acompañaba.
Descendimos las dos escaleras que daban al sótano. Los hombres removieron la tapa del ataúd. John tomó la estaca con la mano izquierda y un martillo con la mano derecha, apuntó al corazón de la vampiresa y golpeó con todas sus fuerzas.
Pude ver la depresión en la carne blanca.
La mujer que se encontraba en el féretro se retorció y un grito espeluznante salió de sus labios. El cuerpo se sacudió, se estremeció y se agitó con movimientos salvajes. Los agudos dientes blancos se cerraron y la boca se llenó de espuma.
Los movimientos fueron cesando. Finalmente el cadáver permaneció inmóvil.
La terrible obra había concluido.
….
Nosotros mirábamos con las manos temblorosas. El Dr. Lawrence le cortó la cabeza y cubrió la boca con ajo. Luego cerraron el féretro.
Nos abrazamos aliviados. Al girar hacia la salida, Josephine me miraba con una extraña sonrisa desde la escalera, avancé hacia ella.
La abracé y le dije: -Todo pasó, querida, todo pasó.
Miriam Apaza
la imagen pertenece a gatinho84
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torneos juveniles bonaerenses 2007
Carta abandonada (Daniela Delgadillo)
Otra palabra nombra la noche
que mis ojos ya no ven
Otros caminos recorren los pensamientos
que mi mente ya no toca
Otras flores se observan
en las ventanas de tu cuarto
palabra que te fuiste
caminos que se fueron
flores que se fueron
mi mano escribe la carta
que tu corazón no quiere repetir
que tus ojos no quieren leer
mi mano escribe la carta de tu nombre
que tu sonrisa no iluminará
se fue la risa
se fueron las palabras
se fueron las flores
sólo queda esta carta
abandonada
Daniela Delgadillo
que mis ojos ya no ven
Otros caminos recorren los pensamientos
que mi mente ya no toca
Otras flores se observan
en las ventanas de tu cuarto
palabra que te fuiste
caminos que se fueron
flores que se fueron
mi mano escribe la carta
que tu corazón no quiere repetir
que tus ojos no quieren leer
mi mano escribe la carta de tu nombre
que tu sonrisa no iluminará
se fue la risa
se fueron las palabras
se fueron las flores
sólo queda esta carta
abandonada
Daniela Delgadillo
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Torneos Juveniles Bonaerenses 2006
Hacia el piso trece (Daniela Flores)
Javier, colgado de una soga, trepa por las paredes porque perdió las llaves de su departamento en el piso trece de un ruinoso edificio de la ciudad.
Mientras escala las paredes se detiene en los balcones de cada piso. Entonces mira hacia abajo y observa: vendedores ambulantes, niños jugando, autos modernos y un matrimonio que parece discutir.
Levanta la mirada y ve en el cielo una bandada de gaviotas cerca del río marrón y la silueta de un barquito amarillo que se recorta en el horizonte.
El paisaje lo distrae, lo hace viajar por otros mundos, se va con el barquito por todas las ciudades que le gustaría recorrer hasta que siente un tirón, una leve sacudida que lo trae de vuelta a la realidad. Es la soga que amenaza con cortarse y se va destrenzando velozmente.
Justo en ese momento, el del 3ero b, que siempre se cruza en el ascensor pero que nunca saluda, se asoma al balcón y le arroja otra cuerda que Javier ata a su cintura. Sigue subiendo y al pasar le hace una reverencia,
-Matías me llamo, mucho gusto. –lo saluda el vecino.
-Soy Javier y vivo en el piso trece, perdí mis llaves. –le responde nuestro personaje.
Y sigue subiendo con una sonrisa, sospechando que tiene ahora un nuevo amigo con quien conversar.
En el cuarto piso se detiene a descansar. Una viejita se asoma a la ventana y lo invita a sentarse en su sillón. El aroma a torta fritas recién hechas le recuerda que debe seguir hasta su casa a prepararse un buen café, así que la saluda, le agradece el descanso y se va.
Sigue trepando por las paredes.
En el siguiente piso se detiene, su amigo Don Tomás lo convida con un mate mientras juega a las cartas con sus nietos.
Javier usa una camisa a cuadros, pantalón floreado y gorra roja, olvidó las llaves de su casa y debe llegar al piso trece antes de que aparezca la luna.
Un oficinista desde abajo le grita consejos y advertencias. Javier apenas puede escucharlo pero lo saluda sacudiendo su gorra.
Una nena de trenzas pasea a su perro por la plaza.
Dos señoras vuelven con bolsas del mercado.
La tierra está lejos. El cielo está lejos.
Javier sigue trepando por las paredes colgado de una soga.
Pero en uno de los pisos encuentra a una mujer inesperada. Tiene una sonrisa amplia y dulces ojos almendrados. Y un vestido turquesa con margaritas.
Ella le pide que la lleve con él.
Entonces ella se ata también a la soga y sube con Javier más allá del piso trece, hacia las nubes, el cielo, el viento.
Los niños saludan desde los balcones y arrojan arroz y avioncitos de colores.
Un globo azul sale de una ventana y los acompaña en el viaje.
Javier sigue subiendo con su enamorada de siempre.
Daniela Flores
Mientras escala las paredes se detiene en los balcones de cada piso. Entonces mira hacia abajo y observa: vendedores ambulantes, niños jugando, autos modernos y un matrimonio que parece discutir.
Levanta la mirada y ve en el cielo una bandada de gaviotas cerca del río marrón y la silueta de un barquito amarillo que se recorta en el horizonte.
El paisaje lo distrae, lo hace viajar por otros mundos, se va con el barquito por todas las ciudades que le gustaría recorrer hasta que siente un tirón, una leve sacudida que lo trae de vuelta a la realidad. Es la soga que amenaza con cortarse y se va destrenzando velozmente.
Justo en ese momento, el del 3ero b, que siempre se cruza en el ascensor pero que nunca saluda, se asoma al balcón y le arroja otra cuerda que Javier ata a su cintura. Sigue subiendo y al pasar le hace una reverencia,
-Matías me llamo, mucho gusto. –lo saluda el vecino.
-Soy Javier y vivo en el piso trece, perdí mis llaves. –le responde nuestro personaje.
Y sigue subiendo con una sonrisa, sospechando que tiene ahora un nuevo amigo con quien conversar.
En el cuarto piso se detiene a descansar. Una viejita se asoma a la ventana y lo invita a sentarse en su sillón. El aroma a torta fritas recién hechas le recuerda que debe seguir hasta su casa a prepararse un buen café, así que la saluda, le agradece el descanso y se va.
Sigue trepando por las paredes.
En el siguiente piso se detiene, su amigo Don Tomás lo convida con un mate mientras juega a las cartas con sus nietos.
Javier usa una camisa a cuadros, pantalón floreado y gorra roja, olvidó las llaves de su casa y debe llegar al piso trece antes de que aparezca la luna.
Un oficinista desde abajo le grita consejos y advertencias. Javier apenas puede escucharlo pero lo saluda sacudiendo su gorra.
Una nena de trenzas pasea a su perro por la plaza.
Dos señoras vuelven con bolsas del mercado.
La tierra está lejos. El cielo está lejos.
Javier sigue trepando por las paredes colgado de una soga.
Pero en uno de los pisos encuentra a una mujer inesperada. Tiene una sonrisa amplia y dulces ojos almendrados. Y un vestido turquesa con margaritas.
Ella le pide que la lleve con él.
Entonces ella se ata también a la soga y sube con Javier más allá del piso trece, hacia las nubes, el cielo, el viento.
Los niños saludan desde los balcones y arrojan arroz y avioncitos de colores.
Un globo azul sale de una ventana y los acompaña en el viaje.
Javier sigue subiendo con su enamorada de siempre.
Daniela Flores
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Torneos Juveniles Bonaerenses 2006
viernes, junio 29, 2007
ausencia (nicolás rojas)
ausencia
dulce pesadumbre
lleva paso a paso
a la condena
hasta pasar los muros
sin remedio
fundiéndose en
terciopelo negro
dulce pesadumbre
de viejas lágrimas
no llega jamás
el duelo
dulce pesadumbre
él me espera
vestido de luto
y su rostro vacío
exhala una luz muerta
dulce pesadumbre
lleva paso a paso
a la condena
hasta pasar los muros
sin remedio
fundiéndose en
terciopelo negro
dulce pesadumbre
de viejas lágrimas
no llega jamás
el duelo
dulce pesadumbre
él me espera
vestido de luto
y su rostro vacío
exhala una luz muerta
domingo, mayo 13, 2007
anunciar el olvido
estrellas
alargadas en la brisa
mareaban entre sueños
como canciones
suplica
la rapidez de la verdad
bajo la luna veraniega
desde tus lágrimas
contra el viento
mientras cae
para alcanzar
(según tú dices muda)
susurraba
las abejas entre sueños
provocados por tu piel
sobrenatural
recuerda cantando
pasea
esquiva la amenaza
emoción
Wilmer Pérez
la imagen pertenece a leanmar
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ir y volver
Canto triste
llorando
por la calle
por tu ausencia
esperando tus caricias
y tu amor
tu piel
la suavidad de una burbuja
tu mirar
luz libre
desde adentro
me lleva hasta el cielo
con alas hermosas
vida mía
sola en mi cuarto
dolorida
tu rechazo
espadas quebradas
en mi corazón
Lucely Collque Pillco
la fotografía pertenece a francisca bravo
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palomas en la ciudad
El rumor
salvaje
de los gorriones
hace sonreír
a la gente.
Las calles
de la ciudad
agitadas
ruidosas.
Las palomas
observan
desde el puente.
Angel Vázquez
8vo TM
la imagen pertenece a marisa negri
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ojos condenados
Ojos condenados
Sin locura
desbordado el viento
heridas mortales
hacia los hemisferios
Arrastraban cadáveres fugitivos
naufragaban insensatos
entre raíces
de innumerables estrellas
Aborrecían
cánticos de sirenas
miradas burladoras
pasión entre prisiones
bellezas engañosas
Hacia ligeras montañas
crujía solitario
agrios mares verdes
ojos condenados
Llovían lámparas coloridas
talismanes y arrecifes derribados
sabores infames sobre la vejez
Miriam Apaza
la imagen es un collage de marisa negri
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puentes sin sol
puentes sin sol
pájaros del amor inesperado
cantar
de luces
de tu sol
Alas del misterio
besos quebrados
de tu voz
flores silvestres
de tu piel
soledad:
puente fugaz
del alma
puente fugaz
del alma
Roxana Rojas 8vo A TM
la imagen es de fotonstudio
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Fin
Caminaba
libre
hacia adentro
inesperado
rebelde
(como el silencio)
Por las avenidas
escuchó
un rumor triste
de amores
que se olvidan
En su cuarto
frente al espejo
observó
una lágrima
La tibia piel
de las alas
como ausente
y un salto salvaje
desde el puente
Marcelo Almada
8vo A TM
la imagen es de melinka
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Dos caminos, una vida
Volar con las alas
inesperadas
desde un puente
oscuro
marginal
El vacío
del mundo verde
encrucijada
entre dos caminos
solitarios
El cielo nocturno
aparece
claramente
mientras camino
olvidando
tus ojos
Diego Flores
la imagen pertenece a Ibarak
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canción de lluvia
sigue lloviendo
tu sonrisa tibia
tierra mojada
aire intenso
se juntan
tu voz
como un abrigo
sigue lloviendo
custodiada de flores
se opaca
la noche
tus cartas grises
el deseo
que destella
tus cartas grises
seca belleza del olvido
tu voz
como un abrigo
sigue lloviendo
Gustavo Bórquez
la imagen pertenece a Beltane Green
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sábado, mayo 12, 2007
Amalia
Escucho
tu rumor inesperado
entre las calles
imagino tus ojos
azules
como el mar
esa noche
pasaste
por mi ventana
y una luz
iluminó
mi corazón
Jonathan Cruz 8vo A TM
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viernes, mayo 04, 2007
viernes, abril 20, 2007
Nueva sección: videos!
Inauguramos la sección videos de la página con material sobre Drácula y Frankestein para acompañar las lecturas en clase
espero que les guste.
espero que les guste.
dos imágenes del taller de teatro
Miren estas dos fotos, ¿se animan a inventar un texto a partir de ellas?
¿qué les sugiere cada una?
manden las propuestas a marisanegri@hotmail.com así las vamos publicando
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domingo, marzo 18, 2007
Daniela
D espués del
A tardecer, la
N oche nos
I nvade, lleno de
E strellas el cielo está.
L as estrellas nos hacen
A cordar a personas muy lejanas
la imagen la posteó Ariadna en Flickr
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jueves, marzo 15, 2007
textos disparatados con el abecedario 4
Anhelando bosques con decorativos eucaliptos;
fotogénicos, genetizados, habilidosos...
inexistentes...
Juegan todas libertades
mañanas naturales
ñacurutúes oscuros, platinados.
Quizás retorcidos, sedientos
Tardando una virtud ya zapada.
Miriam Apaza
fotogénicos, genetizados, habilidosos...
inexistentes...
Juegan todas libertades
mañanas naturales
ñacurutúes oscuros, platinados.
Quizás retorcidos, sedientos
Tardando una virtud ya zapada.
Miriam Apaza
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textos disparatados con el abecedario 3
Acompáñame buen compadre!!! de espíritu fascinante, generoso, hombre indiscutible, jaguar karacterizado, laborable, memorable!
Nuevos (h)orizontes particulares quitando radares sorpresivamente
Tratando unir wapos zapatos.
Milton Espíndola
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textos disparatados con el abecedario 2
Antes brevemente corría.
De escapar favorablemente ganaba halagos incalculables.
Juan, Karen, leen más narrativamente.
Ña Olanda, ¿ por qué resuelve situaciones turbias?
Ubicados visiblemente: Watt, yo, Zanetti.
Sergio Flores
La foto fue tomada por Oscar Fandino
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textos disparatados con el abecedario 1
Antes bailaba cuyas danzas especiales faltaban gustos hasta innobles juegos kilométricos.
Manejaban niños ñoños observando pequeñas quemaduras. Riéndose, ¡saltando tanto!
Ultimando whisky, xilófonos y zánganos.
Gustavo Bórquez
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domingo, marzo 11, 2007
sábado, marzo 10, 2007
Micaela
M e gusta la música
I magino
C aminos
A mi me gusta estudiar
E scucho a las personas
L eo libros
A mo a Boca
la imagen es un óleo de katlheen lolley
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Yasmina
Y a me cansé de limpiar mi casa
A mo las rosas
S iempre me despierto tarde
M e gusta bailar
I nvestigué a mi hermano
N unca me desperté temprano
A mo los mares
la imagen corresponde al site libeluria
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Aide
A mo la cumbia
I magino tener muchos amigos
D emuestro mi sinceridad
E ntré a un nuevo torneo de básquet
la imagen pertenece al artista Alejandro Costas
I magino tener muchos amigos
D emuestro mi sinceridad
E ntré a un nuevo torneo de básquet
la imagen pertenece al artista Alejandro Costas
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Liceth
L eo el libro
I magino tener muchos regalos
Camino muy rápido
E ntré a la pileta grande
T engo muchas flores
H icimos mucha tarea
ésta y otras hermosas ilustraciones en wandering star
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Rafaela
R egreso de mis vacaciones de Brasil
A lo mejor soy fea
F amilia son las personas que quiero
A la persona que me gusta no me soporta
E l mejor amigo sí me soporta
L as materias las aprobé
A mi me encanta la música regattón
esta maravillosa ilustración fue tomada de wandering star
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Cristian
C ómo estamos
R ecordamos
I ba al cyber
S omos buenos
T enemos amigos
(h)I nópticos
A mo a las flores
N adie es malo
la ilustración pertenece a fede pazos
y la tomamos de su blog
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Yonathan
Y o escucho música
O dio la tele
N unca juego a la pelota
A mo las flores
T engo una hermana
N unca me levanto temprano
A ndo en moto
N unca fui a la cancha
la ilustración pertenece a Jere Smith
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Melisa
M e gusta estudiar
E llos me tratan bien
L eo mucho el libro
I ntento no mirar mucha t.v
S algo a pasear con mis amigas
A ndo buscando mi conejito
la ilustración es de kita usagi
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Nicolás
N o me gusta dormir la siesta
I gnoro a los bobos
C uánto me gusta Noelia
O dio matemática
L eo poco
A mi me gusta el regatton
S oy de Boca
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nuestro invitado Ale Insarraulde
Alejandro
A guante Boca
L eo mucho
E n la escuela me divierto
J uego a la pelota
A ntes tenía loro
N unca peleo
D uermo
R ecuerdo a mis amigos
O dio Inglés
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Gerardo
G abi se encontró una pelota
E n el cyber están re viciosos
R ecuerdo que tenía que ir a jugar a la pelota
A yer unos pibes iban re locos
R aúl se va a Bolivia
D arío se fue de viaje a la casa de su abuela}
O mar se fue a Perú
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Maryhorye
M e gusta mucho el mar
A mo las olas y las
R ocas del río también
Y cuando llueve me encanta
H ago mis tareas
O escucho música
R ío con mis amigas
Y ellas conmigo
E scucho música
la foto pertenece a kita usagi
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Cristian
C orro todo el día
R ecuerdo cuando perdí plata
I ncendié la alfombra de mi casa
S iempre voy al cyber
T iré piedras a un colectivo
I ba a la cancha los domingos
A ndo en bici por el barrio
N o me gusta el voley
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Jorge
J uan es mi mejor amigo
O mar es mi hermano mayor
R ecuerdos de mi infancia
G erardo va a mi casa
E zequiel va a la escuela conmigo
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Carla
C reo en un mundo de paz
A mi me gustan los felinos
R ío con mi familia
L eo cuentos de terror
A guante river plate
la ilustración pertenece a cosas mínimas
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Juan Cruz
Juego todo el día
Uso la pelota en la cancha
A ndo en la calle ayudando a mi papá
N unca me peleo en mi casa
C ruzo la calle para ir a comprar
R ecuerdo la primera vez que me regalaron una pelota
U so zapatillas nike siempre
Z umbido hay en mi casa
Uso la pelota en la cancha
A ndo en la calle ayudando a mi papá
N unca me peleo en mi casa
C ruzo la calle para ir a comprar
R ecuerdo la primera vez que me regalaron una pelota
U so zapatillas nike siempre
Z umbido hay en mi casa
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Luceli
L a luz ilumina mi vida
U na rosa roja es mi preferida
C anto con mi prima
E l estudio me encanta
L leno mi corazón con felicidad
I r a recoger flores me gusta
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viernes, marzo 09, 2007
Daiana
D uermo poco
A doro a las plantas
I nvito a las chicas a tomar mate
A mi me gusta estudiar
N unca voy al cine
A mí me gusta ver mucha tele
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